La mujer . Tina di Lui l nzo Tina di Lorenzo Confesamos ingenuamente que hubo me-mentos en que la sugestión se apoderó denosotros 3^ del pùblico en general á talextremo que creíamos ver el verdaderooriginal de aquella copia. Xi ONU-descui do, ni un detalle mal interpretado Nadade fuigi)}iie)itos que saltan á la vista, na-da de declamación y enpalagosa enfátic.i.El amor, los celos, el desprecio, el odio, el placer ó el capricho inocente, lo inter-pretaban aquellos ojos, aquellos labios,aquella íísononía privilegiada de unamanera sorprendente. La beüeza física,la distinción y la elegancia recatada

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La Mujer . Tina di Lui l nzo Tina di Lorenzo Confesamos ingenuamente que hubo me-mentos en que la sugestión se apoderó denosotros 3^ del público en general á talextremo que creíamos ver el verdaderooriginal de aquella copia. Xi un descui-do, ni un detalle mal interpretado Nadade fuigi)}iie)itos que saltan á la vista, na-da de declamación enfátic.i y enpalagosa.El amor, los celos, el desprecio, el odio,el placer ó el capricho inocente, lo inter-pretaban aquellos ojos, aquellos labios,aquella íísononía privilegiada de unamanera sorprendente. La beüeza física,la distinción y la elegancia recatada,el cJiic intraducibie de la dama france-sa, su coquetería al par que expresiva,honesta; todo está en ella porque creemosver en ella esa obra maestra de la na-turaleza de que necesitan las obras maes-tras de la escena para personificarse á losojos y á la vista de un siglo.» I ALBUAi - REVISTA «LA MUJER» Fué nuestra primera impresión: nos pa-reció sublime! Y como de lo sublim