América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . y esta vez la cosa era másseria, pues le habia confiado todo el herbario enprensa, que no habia podido secarse por falta mate-rial de tiempo y en razón al clima lluvioso de la re-gión de Barbacoas. Dos dias y medio le estuve aguar-dando inútilmente, no sabiendo ya qué pensar ydesesperado por perder el fruto de tantas penas yfatigas. Por fin al tercer dia vi llegar al desdichadoen completo estado de embriaguez. Por una rara for-tuna llevaba aún sobre la cabeza el paquete de plan-tas. Verle, arrojar

América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . y esta vez la cosa era másseria, pues le habia confiado todo el herbario enprensa, que no habia podido secarse por falta mate-rial de tiempo y en razón al clima lluvioso de la re-gión de Barbacoas. Dos dias y medio le estuve aguar-dando inútilmente, no sabiendo ya qué pensar ydesesperado por perder el fruto de tantas penas yfatigas. Por fin al tercer dia vi llegar al desdichadoen completo estado de embriaguez. Por una rara for-tuna llevaba aún sobre la cabeza el paquete de plan-tas. Verle, arrojar Stock Photo
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América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . y esta vez la cosa era másseria, pues le habia confiado todo el herbario enprensa, que no habia podido secarse por falta mate-rial de tiempo y en razón al clima lluvioso de la re-gión de Barbacoas. Dos dias y medio le estuve aguar-dando inútilmente, no sabiendo ya qué pensar ydesesperado por perder el fruto de tantas penas yfatigas. Por fin al tercer dia vi llegar al desdichadoen completo estado de embriaguez. Por una rara for-tuna llevaba aún sobre la cabeza el paquete de plan-tas. Verle, arrojarme sobre él, cogerle por el gaznatey derribarle de un puñetazo, fué obra de un ins-tante. Él levántase furioso, trata de desenvainar la-daga y arrojárseme encima; pero el frió contactodel cañón de mi revólver en la sien, le calma derepente y me pide perdón con humildad. Le ajusto las cuentas y le envió noramala. Invertí los últimos dias de mi permanencia en Tuquerres, en trabajos diversos de histo-ria natural, observaciones físicas, embalaje, redacción y dibujos. ..... i. La Laja: la piedra milagrosa El mes de mayo tocaba á su término; Juan se hallaba completamente restablecido y todoestaba dispuesto para emprender el viaje al Sur en dirección de Quito. Me despedí de mishuéspedes de Tuquerres el dia 30 á las tres y media de la tarde y partimos con las alfombrasy cojinetes bien rellenos de provisiones. El camino del Ecuador sobre las altiplanicies despejadas de la región de los pastos noestá exento de majestad en su monótona desnudez apenas interrumpida por algunos cultivosalrededor de los pueblos y de las ganaderías. El camino es pésimo por supuesto: las hoyadas loobstruyen con frecuencia, y es menester atravesar á vado las corrientes; pero esas pequeñasmiserias habituales, no nos privan de saborear la imponente majestad de este admirablepaís. Una vegetación especial caracteriza toda la región. VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 837 esos ilo