SAVE 40% ON SINGLE IMAGE PURCHASES - OFFER ENDS MONDAY, USE CODE: SAVE40MAYBH

España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . le-vanta «sus cuatro torrezuelas rematadas en agujas para anun-ciar que es la estación del ferro-carril», á que llegue de Santan-der el tren que ha de conducirnos á Reinosa, donde nos convidacon una de las joyas del arte en la Montaña, el espectáculo ma-ravilloso del nacimiento del Ebro, Dos horas después, y luego de haber cruzado aquel hermo-so paisaje que forma la cuenca del Besaya, tan accidentada, tanllena de atractivos de toda suerte, y que pone una vez más demanifiesto la naturaleza poderosa de la Montaña,—el tren co-rreo, á poc

España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . le-vanta «sus cuatro torrezuelas rematadas en agujas para anun-ciar que es la estación del ferro-carril», á que llegue de Santan-der el tren que ha de conducirnos á Reinosa, donde nos convidacon una de las joyas del arte en la Montaña, el espectáculo ma-ravilloso del nacimiento del Ebro, Dos horas después, y luego de haber cruzado aquel hermo-so paisaje que forma la cuenca del Besaya, tan accidentada, tanllena de atractivos de toda suerte, y que pone una vez más demanifiesto la naturaleza poderosa de la Montaña,—el tren co-rreo, á poc Stock Photo
Preview

Image details

Contributor:

The Reading Room / Alamy Stock Photo

Image ID:

2AN45WC

File size:

7.1 MB (692.2 KB Compressed download)

Releases:

Model - no | Property - noDo I need a release?

Dimensions:

1313 x 1903 px | 22.2 x 32.2 cm | 8.8 x 12.7 inches | 150dpi

More information:

This image is a public domain image, which means either that copyright has expired in the image or the copyright holder has waived their copyright. Alamy charges you a fee for access to the high resolution copy of the image.

This image could have imperfections as it’s either historical or reportage.

España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . le-vanta «sus cuatro torrezuelas rematadas en agujas para anun-ciar que es la estación del ferro-carril», á que llegue de Santan-der el tren que ha de conducirnos á Reinosa, donde nos convidacon una de las joyas del arte en la Montaña, el espectáculo ma-ravilloso del nacimiento del Ebro, Dos horas después, y luego de haber cruzado aquel hermo-so paisaje que forma la cuenca del Besaya, tan accidentada, tanllena de atractivos de toda suerte, y que pone una vez más demanifiesto la naturaleza poderosa de la Montaña, —el tren co-rreo, á poco más de las cinco de la tarde, se detenía en la esta-ción de Reinosa. El cielo estaba encapotado y sombrío, y, cubierto de cenicientas gasas que de todos lados, como suspen-didas de las altas lejanas cumbres, ocultaban por completo laceleste bóveda, —hacía pensar en los días tristes del invierno, en que el sol, emblema de la vida, parece huir amedrentado deaquellas regiones, para derramar alegría y contento incompara- a: Q < Z <. < aiu HZ u<; H < en uCQ MQ <Q <!O 854 SANTANDER bles en las risueñas del Mediodía. Desmenuzada y constante, laniebla dejaba flotar sus átomos húmedos y casi impalpables porel ambiente, y el viento, arremolinándose en las copas de losárboles inmediatos á la estación, y en los tejados de las casas, arrastraba aquella como obligada comitiva suya, conduciéndolaá capricho de la una á la otra parte, y alejando de nuestro áni-mo la idea de que nos encontrábamos aún en la canícula, puesno sino uno de aquellos días melancólicos con que termina elotoño, preludiando las invernales jornadas temerosas, parecíacon verdad aquella tarde. El ambiente húmedo, la luz que secernía á través de las nubes, el viento constante, y las huellasque dejaba la niebla en las calles de la población, no eran sinembargo motivo suficiente para que ésta no presentase á nues-tras miradas el aparato propio de villa import