SAVE 40% ON SINGLE IMAGE PURCHASES - OFFER ENDS MONDAY, USE CODE: SAVE40MAYBH

La Mujer . Quebrada seca Profesan también el culto de los muer-tos; el día de difuntos concurren al cemen-terio aquéllos que han perdido un deudo, ALBUM-REVISTA «LA MUJER^> rodean la tumba de éste, la cubren conuna manta llenándola de ofrendas, las queconsisten en papas, huevos, masas, coca y. Tres ranchos chicha; el más viejo de los asistentes di-rije el rezo entre continuas libaciones, delas que hacen participar al difunto re-gando la tierra que lo cubre.Tratan luego de saber cuál de las ora- NO PUEDO Le revelé turbado el amor mío y me oyó sonriendo;y en su mirada no encontré siquiera ni

La Mujer . Quebrada seca Profesan también el culto de los muer-tos; el día de difuntos concurren al cemen-terio aquéllos que han perdido un deudo, ALBUM-REVISTA «LA MUJER^> rodean la tumba de éste, la cubren conuna manta llenándola de ofrendas, las queconsisten en papas, huevos, masas, coca y. Tres ranchos chicha; el más viejo de los asistentes di-rije el rezo entre continuas libaciones, delas que hacen participar al difunto re-gando la tierra que lo cubre.Tratan luego de saber cuál de las ora- NO PUEDO Le revelé turbado el amor mío y me oyó sonriendo;y en su mirada no encontré siquiera ni Stock Photo
Preview

Image details

Contributor:

The Reading Room / Alamy Stock Photo

Image ID:

2AM2WWY

File size:

7.1 MB (520.6 KB Compressed download)

Releases:

Model - no | Property - noDo I need a release?

Dimensions:

1547 x 1615 px | 26.2 x 27.3 cm | 10.3 x 10.8 inches | 150dpi

More information:

This image is a public domain image, which means either that copyright has expired in the image or the copyright holder has waived their copyright. Alamy charges you a fee for access to the high resolution copy of the image.

This image could have imperfections as it’s either historical or reportage.

La Mujer . Quebrada seca Profesan también el culto de los muer-tos; el día de difuntos concurren al cemen-terio aquéllos que han perdido un deudo, ALBUM-REVISTA «LA MUJER^> rodean la tumba de éste, la cubren conuna manta llenándola de ofrendas, las queconsisten en papas, huevos, masas, coca y. Tres ranchos chicha; el más viejo de los asistentes di-rije el rezo entre continuas libaciones, delas que hacen participar al difunto re-gando la tierra que lo cubre.Tratan luego de saber cuál de las ora- NO PUEDO Le revelé turbado el amor mío y me oyó sonriendo;y en su mirada no encontré siquiera ni un enternecimiento.La indiferencia se mostró en su rostro, en su rostro más belloque todas las imágenes que pueblan los primeros ensueños.Le pedí una palabra cariñosa de esperanza y consueloy fría, como el mármol de una tumba, me respondió:—TVo puedo!Esa frase... esa frase como un rayo cayó dentro mi pecho;y con el ahna triste, á mi esperanza la contemplé muriendo!Mandé á mi corazón que la olvidara como si fuese un sueño, y el corazón, con desgarrado grito, dijo, también:—7V¡9 puedo.Desde entonce ese amor aquí en el alma purísimo le llevooculto, hasta que el ángel de la muerte lo borre con su aliento. *** DOS JUSTICIAS De la ley rendido al vugoá morir va co